Primero un poco de contexto
Viendo desde un punto de vista amplio, Scrum y Cascada son consideradas como metodologías de gestión de proyecto.
Scrum es un framework ágil reconocido a nivel mundial que busca entregar más valor en cada iteración (ciclo de tiempo). Todas las especialidades participan en cada iteración, por ejemplo programación y QA, ambos se trabajarán en simultáneo para cumplir con el objetivo del Sprint.
Por otro lado, el trabajo en Cascada es diferente, todo el trabajo el lineal y cada etapa corresponde a un proceso bien definido, por ejemplo, primero terminaríamos la programación y luego pasaríamos a QA.
Entonces… ¿cuál debería de usar?
En nuestra experiencia hemos podido ver que las empresas trabajan con ambas opciones, viéndolo de forma objetiva para el proyecto y negocio. La verdad es que ambas funcionan bien dependiendo del proyecto y si son llevadas correctamente.
Cascada nos enfrentamos con un margen de error muy alto en la estimación, sin embargo, si logramos minimizar ese margen el riesgo de demoras es menor, por ejemplo, un proyecto de duración corta.
Voy a contar desde nuestra perspectiva cuando usar uno u otro. Esta es una guía que está en base a nuestra experiencia y que no necesariamente aplique a otras organizaciones pero sabemos por conversaciones con otros expertos que es un patrón común en otras organizaciones.
¿Cuándo debería usar Cascada?
Una de las ventajas de esta metodología es su rigidez, aunque suene contradictorio, en algunos proyectos la rigidez sí ayuda, por ejemplo los proyectos cortos o de presupuesto limitado. Este tipo de proyectos no son complejos y lo que se busca es finalizar los requerimientos para que el proyecto salga a la luz lo antes posible.
El cliente debe tener claro la forma en la que su proyecto será gestionado y saber que, si bien es una metodología rígida y busca ser poco flexible con los cambios, no es sinónimo de que nada nuevo se aceptará.
Cuando se presentan cambios en esta metodología es importante que sean clasificados rápidamente y ordenados en un documento de control de cambios.
El cliente debe saber que el proceso es lineal y que no cerrar una etapa correctamente va a ser perjudicial para el proyecto, por eso que las actas de conformidad son esenciales.
Conclusión: Cascada funciona bien con proyectos simples donde el alcance está bien definido.
¿Cuándo debería usar Scrum?
A diferencia de Cascada, el proceso en Scrum es iterativo, su enfoque es 100% ágil y acepta los cambios como algo natural. Su naturaleza lo hace ideal para trabajar proyectos a largo plazo ya que los requerimientos podrían no estar definidos del todo y se irán definiendo el camino.
Todo lo que brinda Scrum tiene una contraparte, el tiempo y como consecuencia el presupuesto. Si el tiempo se extiende el presupuesto también, por eso que este tipo de proyectos no funciona muy bien con el modelo llave en mano.
Trabajar con Scrum es un ganar-ganar siempre y cuando el cliente tenga claro los beneficios de realizar un compromiso a largo plazo. Ágil no solo es la gestión del proyecto sino la cultura, el pensamiento, que puede aplicarse a varios aspectos, por eso es importante contar con un Scrum Master, quién ayudará a que la empresa cada vez esté más sumergida en la agilidad.
Conclusión: Scrum funciona bien con proyectos complejos donde los requerimientos no están bien definidos o pueden cambiar con frecuencia.
¿Qué recomendamos?
Siempre recomendamos trabajar con Scrum sin embargo algunos proyectos cortos los trabajamos con Cascada.
En nuestro camino hemos probado gestionar los proyectos de diferentes formas, siempre buscando el beneficio del cliente y lo que nos funciona bastante bien es llevar el equilibrio entre estas dos metodologías.
Algunos proyectos tienen que salir, en su tiempo y sin complicaciones, los cambios no son prioridad ya que el alcance está bien definido, en ese caso Cascada ayudará a hacer un seguimiento detallado del progreso.
Hay casos en los que el proyecto es complejo y los requerimientos no son claros pero Scrum no podrá ser usado por factores externos (por ejemplo presupuesto, lineamientos de la empresa, entre otros). En esos casos lo mejor es trabajar una etapa de análisis previa a la cotización del proyecto para que la estimación sea lo más acertada posible y así evitar inconvenientes en el futuro.
Last modified: febrero 3, 2022